Los atardeceres de noviembre tienen algo distinto. El cielo se tiñe de dorados apagados, de naranjas, de rosas, es como si el sol supiera que se acerca el invierno y nos va a dar menos calor y se va apagando lentamente, sin prisa.
¡Los atardeceres de noviembre son una caricia al final del día!

Que razón tienes, hoy el cielo volvió a cubrirse de rojos. Como presta quedarse a esperar esa caricia del final del día.
ResponderEliminarPreciosa tu fotografía.
Un abrazo
Sí, es un momento magico¡
ResponderEliminarUn saludin, Carlos
Momentos mágicos, eso es lo que son.
ResponderEliminarGracias, Malú.
Hola, muchas gracias por tu visita. He buscado tu blog y no está. Espero que solo sea porque te has cansado de escribir, para los que te seguiamos es una pena. Un saludo.
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