El Muérdago

El muérdago y Santa Lucía.

El muérdago (liga, lliga o argueyu en asturiano) es una planta considerada mágica por los antiguos druidas celta. Tenían la costumbre de cortarlo el primer día de luna nueva y no podían hacerlo con ningún utensilio de hierro.

Por esa razón usaban una hoz de oro. La planta nunca podía tocar el suelo y cuando la cogían la echaban en una sábana blanca. La raiz de esta planta jamás toca la tierra y tampoco se sostiene por si misma en el aire.

El muérdago más apreciado por los antiguos clanes celtas era el que crecía en los texos (tejos) y, en menor medida en los carbayos (robles), por ser estos unos de sus dos árboles sagrados. Esta tradición llega viva hasta nuestros días.

Mucha gente piensa que es una tradición que viene de los Estados Unidos y nada más lejos de la realidad. En Perlora los más viejos del lugar se acuerdan de ir a buscar el muérdago y ponerlo encima de la puerta, muchos todavía lo hacen.

El día que hay que ir a buscarlo el 13 de diciembre, día de Santa Lucía. No es casualidad que sea el día de la Luz, (Lucía significa luz) y que haya un refrán que diga "Por Santa Llucia mengua la nueche y mendra'l día" (Por Santa Lucía mengua la noche y crece el día) debido a que en esta fecha los días comenzaban a crecer y las noches a hacerse más cortas. Esto se corrigió con la entrada del Calendario Gregoriano en 1582 (el que usamos en la actualidad) en sustitución del Calendario Juliano y  ahora, ya sabéis, por qué el solsticio de invierno (día más corto y noche más larga es el 21 diciembre. Es costumbre en Asturies, y en más países celtas, cuando llega alguien a casa darle dos besos para recibirlo en las misma entrada.

De ahí vien la tradición que mezcla el muérdago y los besos navideños. Cuando llegaba el día de la foguera (hoguera) de San Xuan tiraban la rama de muérdago ya seco al fuego para purificar la casa y las tierras de labor.

Celtas, a poner el muérdago en la puerta de casa (si os lo regalan mejor) y el próximo 23 de junio lo quemamos en la foguera de San Xuan para purificarnos de cuerpo y mente.

¡Feliz día de Santa Lucía! ¡Somos indestructibles, somos Celtas!

Leído en Facebook ayer, ya es un poco tarde para coger el muérdago, pero nos vale para otros años, El autor del escrito es un músico asturiano, Bras Rodrigo

Frase

Quienes se nos adelantaron en el camino nunca se han ido; 

les gusta esconderse en la música, en las calles, 

en los sueños y en los recuerdos.

 Poesía Pura.

 Creo que además de ser una bonita frase, es cierto, cuando menos lo esperabas y en cualquier sitio te vuelve y te acompaña ese ser querido que se ha ido. Mientras una música, un lugar o un momento te venga a la mente alguien querido siempre te acompañará.

La memoria

Conservo intacta en la memoria la atmósfera en que se desarrolló mi infancia, el aire, la luz, el color del cielo, las sensaciones que sentía. Aunque digan que los recuerdos algunas veces nos engañan yo estoy segura que mis recuerdos son verdaderos.

Nostalgia

Algunas veces me visita la nostalgia, y sobre todo en estos días otoñales, no puedo dejar de sentir que la vida pasa demasiado de prisa. Cuando llegan esos días nostálgicos no me gusta ni ver fotografías antiguas de cuando era joven y tenía a mis seres queridos cerca de mí. Unos se han ido para siempre, otros se hicieron mayores y tienen su vida. No es tristeza, porque creo que la vida es así, tenemos que aceptarlo y vivir el presente, pero a la vez en esos días nostálgicos pienso en lo rápido que pasó todo, como es posible que mis niños ya sean tan adultos si casi puedo palpar cuando eran bebés. No quiero llegar a pensar en algo que «se fue y no volverá», lo mejor es pensar en positivo, es decir «en la alegría con que viví aquellos años, que fueron maravillosos y muy felices». De ahí tomo fuerza para el presente y estoy preparada para los nuevos momentos felices. «No le doy vueltas al pasado, no lo puedo cambiar. Que no me agobie el futuro, no sé si llegará. Disfruto del presente, no lo quiero dejar escapar, porque cuando se vaya, jamás volverá».

Atardecer

 La vida nos ofrece pequeños placeres que tenemos que disfrutar, uno es ver un precioso atardecer. Aparecen ante nuestros ojos una gama de colores, de luces y sombras que ningún día se repite, siempre es distinto. Es como si la naturaleza nos quisiera regalar cada día una obra distinta y única, tenemos que ser conscientes que jamás se volverá a repetir otro igual.

Afortunadamente el ser humano no lo puede controlar, sólo nos queda mirar el espectáculo. 

Quizás para muchas personas ver un bonito atardecer les da nostalgia, a mí me da paz y serenidad, disfruto de ese momento como si estuviera viendo o oyendo una obra de arte o una bonita canción, me dejo llevar por la belleza del momento y puede ser uno de los momentos más placenteros del día.

Cascada de Valdés. En Trambarria

 Salimos de casa en busca de una cascada que habíamos visto por la red. Nunca habíamos oído hablar de ella, así que era desconocida totalmente porque ni nos sonaba el nombre. Llegamos a una pequeña aldea piloñesa con unas cuantas casas dispersas y algunas vacas pastando. Preguntamos a una señora que estaba tomando el fresco al pie de su casa y nos indico muy amablemente. Llegamos a una zona muy buena para dejar el coche y ya nos dimos cuenta que no había perdida, enseguida vimos un cartel que nos anunciaba la cascada. Hay una camino lleno de frondosa vegetación a ambos lados, enseguida oímos el ruido de la cascada. Antes de llegar hay una caída con escalones, se baja muy bien y a un lado hay una especie de pasamos que nos ayuda. Enseguida vemos la cascada, la verdad que nos sorprendió muy gratamente. Es un precioso regalo de la naturaleza.

Asturias

 Paseando por mi tierra te puedes encontrar una imagen tan tierna y tan bonita como es esta.